Bueno, habrá que contar algo de mi
estreno (bueno, algo había hecho antes, pero hace “muuuchos” años) en esto de
las carreras a pata.
Si seguís este sub-foro sabréis que algún
“ma…zo” me inscribió a esta prueba sin mi consentimiento (0), cuando llevaba
sin correr desde el mes de enero y con el agravante de que la mayor distancia
que había pateado en mi vida era de 10 km. A pesar de eso, gilipollas que es
uno, decidí echarme “palante” y aceptar el reto.
Así que tras el maratón de Cartaya colgué
la bici para desintoxicar cuerpo y mente de BTT y me puse a correr, con
zapatillitas nuevas y todo. Supongo que dos semanas no es precisamente lo
óptimo para preparar una carrera de 10 millas, pero era lo que había.
Total, que me planté el sábado en la
salida, decidido a intentar acabar la carrera costase lo que costase. A estas
alturas de la película no me iban a echar atrás (como a otros) las cuatro
gotitas que cayeron y la pizquita de barro que había por los caminos. Lo único
que hice fue atender a los consejos que me dieron (1) y dejar en casa mis
relucientes zapatillas, calzándome unas que estaban ya para el arrastre, que no
es plan de cargarse las nuevas a las primeras de cambio.
Después de haber trotando los dos km y
pico que separaban el coche de la salida me planto tras el arco, saludando a
mucha gente conocida. Salida muy puntual, ya bajo la lluvia y veo que la gente
arranca a un ritmo de trote cochinero que me desconcierta. Pregunto a mi
hermano si aquello era normal y me contesta que no, que es porque estamos muy
atrás (2). Toca subir el ritmo e ir remontando posiciones, siempre tratando de
controlar pulsaciones. Tras adelantarse Javi para dejar mi chubasquero en el
coche (3) vuelvo a encontrarlo antes de entrar en el carril bici.
Al dejar el carril me doy cuenta de que
la cosa iba a ser más dura de lo que pensaba: terreno tremendamente embarrado
que hacía bastante duro el mantener ritmo. Sin embargo, las condiciones
climáticas también hicieron la prueba más divertida, con más “épica”: una
gozada eso de correr sobre el barro y chapoteando en los charcos.
Sobre el km 5 o así deja de llover y se
entra en la zona más bonita del recorrido, entre pinares y con terreno algo más
quebrado. Voy bastante bien, manteniendo un ritmo más o menos constante y
siempre con la ayuda psicológica de mi hermano cantándome los km (4), ofreciéndome
agua (5) y dándome charla (6).
Llego al km 12 aceptablemente, pero poco
después noto amagos de calambres en los “isquios” de la pierna derecha. Lejos
de aflojar el ritmo intento alargar un poco la zancada para estirar el músculo.
La cosa funciona y desaparecen los amagos, lo que me permite hasta apretar un
poco.
Cuando paso por el km 14 decido soltar
las riendas y aumentar el ritmo. Así vamos pillando a algún grupo y dejándolos
atrás, con buenas sensaciones, hasta que, a unos 300-400 m de la llegada,
leñazo en los “isquios”, esta vez de la izquierda. No llego a pararme, pero
tengo que aflojar drásticamente, con lo que me vuelven a pillar muchos de los
que había rebasado antes.
Así entro en meta la mar de satisfecho
por haber conseguido acabar medio decentemente y habiendo disfrutado mucho del
ambiente y de la prueba en sí. Al final cumplí lo que me había planteado como
objetivos: acabar sin pararme (por los pelos) y bajar de 1:20. Esto último aún
más justo: 1:19:59 ¡Eso es hilar fino!
Enhorabuena a los amiguetes Regi (¡vaya
“crack”!), Bartolino (fuera de serie), Hbo, Juanbtt, Pirri
(felicidades), Criskona, Fraskito, Jesuli,… (se me olvidarán muchos, seguro) y
agradecimientos muy especiales a mi hermano por los puntos (1), (2), (3), (4),
(5) y (6). En cuanto al (0)… pues bueno…, también, lo de inscribirme a
escondidas ha sido el empujón que necesitaba para animarme a meterme en una de
estas.
Gracias a la organización, que estuvo a
buen nivel con las lagunas ya indicadas en el tema de aparcamientos, derivadas
del mal tiempo que se presentó.
Supongo que nos veremos en otra en breve.
P.D.:
por si la queréis utilizar al contar algún chiste ha nacido una nueva
comparación “Chiquitesca”: “¡Lo estoy pasando más malamente que el Jota bajando
una escalera el día después de Marismas! ¡Pecadoooorrr!”
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